Aluguei um quarto. Tratava-se duma dependência penosa, com uma cama no centro, no primeiro andar dum prédio obscuro e húmido. O pior de tudo é que para os vizinhos acederem às suas habitações, deviam atravessar a minha. Seja como for, percebi que faziam esforços por não serem vistos e mal coincidia com eles. O problema é que suspeito que me espiam pelos postigos e pelo interfone. Chego, mesmo a ouvir vagamente conversas entre eles nas que dão conta dos meus movimentos. Volvendo a casa desde a rua, topo com dois agentes da polícia municipal que estão a sair do meu quarto de maneira apressurada. Interponho--me no seu caminho e peço explicações. O que é isso de entrar no meu quarto sem ordem judicial e sem a minha presença? Os agentes escudam-se em que não era a minha morada a que vinham de registar, senão a dum vizinho; e claro, pela disposição do edifício, deviam atravessar pela minha hospedagem. Há alguma coisa nas suas explicações que faz desconfiar, assim que lhes nego corajosamente o passo, apesar que me dou conta, nesse momento, que um dos agentes é grande e forçudo; e que não vou ter qualquer possibilidade de vencer numa eventual luta...
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A Coruña -
Lugo Volvía de festa á miña casa da adolescencia do barrio de Paradai. Escoitábase o balbordo da orquestra de fondo, pero non sabería dicir ben de onde viña. Ao subir no ascensor todo se tornou máis confuso, ata despertar no meu cuarto. Alí, todas as portas abrían ao revés e os mobles estaban no lado contrario ao habitual. Deiteime e ao momento despertoume a luz. Abrín a ventá, asomeime e vin unha orquesta tocando música brasileira diante do portal. Caín na conta que a estaba no quinto, cando aquela vivenda só tiña catro andares. Vestinme e saltei pola ventá. Aterrei nun pequeno xardín no medio da xente, do outro lado da rúa. A estrada separaba á xente da orquestra. Comezou a aparecer xente do barrio, pero as súas idades non se correspondían coas da época. Un par de amigos apareceron na súa idade actual, a avoa dunha amiga era unha nena e a amiga unha avoa con pano na cabeza. Estaban os da Garaballa e os do Souto, tamén os novos vellos e os vellos novos. Alguén queixouse de que o concello non cortara a rúa ao tráfico. A baterista do grupo era Manuela D'Avila, que tamén presentaba os temas. Convidounos a ir por un vermú mentres atacaban o comezo da seguinte peza. A irmá do Roberto dixo que todos os bares do barrio estaban pechados. Roberto dixo que iso era raro. O público comezouse a alarmar e a discutir entre eles. Alguén berrou que era normal, porque morreran todos o ano pasado. Elevámonos verticalmente coma un dron procurando un sitio onde instalar a sesión vermú. Pasamos por detrás do colexio, onde se apilaban aparcados un monton de Renaults 4 pintados de negro e con rodas de 4x4. Ana dixo que podiamos apartar os catro latas, que non había competición. Descendimos todos desde a vista de paxaro do google maps. Agora a festa estaba no sitio onde estaban os coches, no medio do Barrio Feixóo. As persoas aparecían e desaparecían e o seu corpo mutaba en idade. Todo foise desfacendo, creo que non soñei máis. -
Lugo Era el cumpleaños de mi hija mayor, estábamos ella y yo en una especie de evento gigantesco que podía ser una Feria del libro o algo por el estilo. La ciudad era Buenos Aires, aunque no se decía nada al respecto en ningún momento. Todo el mundo estaba ahí para saludar a mi hija, que continuamente abrazaba y besaba a quienes se le acercaban (no había confinamiento). Yo estaba sentada como a unos 5 metros de ella, al lado de la puerta, relojeando la gente que entraba y salía. Se sabía, al parecer lo sabía todo el mundo, que a mi hija el único saludo que le interesaba superlativamente era el de una persona, a la cual quería muchísimo. En un momento dado, en medio de un gran revuelo, esta persona entra con su maravillosa y larga melena al viento y su vestido blanco con delicadas flores esparcidas por todo su contorno. Obviamente, capta todas las miradas, pero ella, era una mujer, sólo quería acercarse a saludar a mi hija. Mi hija, pongamos M, cuando la ve se emociona y se abraza a ella. Yo las dejo un rato y luego me acerco y esta mujer, pongamos CFK, me abraza a mí también como si me conociera de toda la vida. Y así estamos, pletóricas, unos pocos minutos, porque el resto de la gente quiere hacerse selfies con ella y se enojan con nosotras por acaparararla. Un sueño verdaderamente lindo: SINCERAMENTE. -
Vilanova de Arousa Soñín que tiña que colocar a 22 alumnos a metro e medio de distancia. Que, por favor, non arrastredes as mesas. Que Manuel, así non cabedes todos. Ímos probar en zigzag. Que a ver como facemos, teremos que vir por turnos. Vou seguir con Xulio Verne, e cambio de soño. -
Lugo Esta noche soñé con el mismo grupo de amigos que solemos alquilar una casita en Limodre, en estos últimos años, para disfrutar del paisaje, la música, la fiesta y la amistad, con la excusa de un pequeñito festival que se viene organizando desde hace muchos años en esta localidad de la costa ferrolana. Las circunstancias eran bien distintas. Era de noche, hacía frío y llovía, yo llevaba gabardina y gorra Peaky Blinders y un pañuelo (mascarilla) cubriéndome la cara hasta los ojos. Descargábamos algo de unos estuches de guitarras y los guardábamos en otros. Se trataba de algún tipo de material, del que no se me informó qué era, que íbamos a enviar a nuestro amigo Ventura, confinado en otro país, creo recordar que era Francia. Salimos en dos coches, yo me adelanté con otra compañera, porque luego tenía un cumpleaños, ah no, era el santo de mi padre y mi hermano, San Jorge. Cuando íbamos a por el coche, un Mini, desapareció y se convertió en un carruaje absurdo y oxidado. Entonces, mientras esperábamos al otro grupo, aparecieron los policías. Empezamos a correr, pero el cargamento pesaba mucho. Nos deshicimos de él lanzándolo al río. Seguimos corriendo hasta que nos refugiamos en un bar, pero pronto me di cuenta de que el bar estaba cerrado por Decreto. Salimos de allí y perdí a mi amiga, entonces encontré a otro de mis compañeros, y fuimos saltando de casa en casa, subiendo por las terrazas, y, como si de una gincana se tratase, fuimos recogiendo el contrabando que habíamos lanzado al río, por cada uno de esos lugares. Sonaba una música, pero no era Nick Cave. -
Lugo Soñé que corría por la playa y que me abrazaba a las olas. La brisa susurraba en mi oído (disfruta de la vida me decía). Y mientras corría para secar lo que el mar había dejado húmedo en mi cuerpo y bañador, veo a lo lejos dos personas sonrientes. No sabía muy bien quiénes eran pero veía que alzaban los brazos y una corriente me llevaba hacia ellas. Allí estaban mis queridas amigas a quienes la música nos juntó por casualidad... María y Luisa! Tres cervezas nos unieron una vez y tres cervezas nos volvieron a encontrar. Soñé que una vez... Volvíamos a remar! -
Pamplona Vivía con mi pareja en el centro de Pamplona en un piso bajo de 30 metros cuadrados. Mis suegros llevaban un par de días de visita y estábamos todos en casa, no existía el covid y se oía el jolgorio de la calle. Les proponía salir, porque la casa se nos hacía muy pequeña, pero nadie quería. Pasaban los días y no salíamos ni a dar un paseo, y no cabíamos ni en el salón y yo me volvía cada vez más loca ante esta situación. -
Ourense Iba a casa de mi hermana, allí había varias personas y estaba mi perro Julius, que murió hace unos años. Al verlo le daba un abrazo, él era como una persona más y su cuerpo estaba a mi altura. El abrazo era intenso, y me quedaba una sensación hermosa. Después de abrazarnos, Julius se iba a la cucha. Yo lo miraba y veía que le salía humo de la boca, y me daba cuenta de que mi hermana le había dado algo. Le preguntaba y ella me decía que le había dado marihuana, que así dormiría mejor. -
Buenos Aires Soñé que estaba haciendo unas compras en Once (un barrio comercial de Buenos Aires). Ya se había declarado la cuarentena. No sé por qué estaba comprando telas. Yo sabía que tenía que volver a casa. No quería que oscureciera porque había una especie de "toque de queda". Además, el barrio se ponía peligroso. Me olvidé el teléfono celular en una tienda de telas. Volví a buscarlo y estaba ahí. Yo pensaba que me lo habían robado o que alquien se lo había llevado. Eso me demoró la vuelta a casa y, obviamente, me generó mucha angustia. No sé por qué yo volvía caminando. Y caminaba y caminaba y mientras caminaba más me angustiaba. No me daban las piernas para volver más rápido. En el sueño se produjo una elipsis, como en casi todos los sueños, y de pronto me veo hablando en una cabina de teléfono público. De esas que no existen más. Y recuerdo que decía "Entel" (antigua compañía nacional de telefonía). Del otro lado de la cabina se escuchaba la voz de la mamá de una compañera de mi hija. La mamá me decía: "Antía quiere hablar con vos". Yo pensaba en el sueño que tenía que correr a casa, que había cuarentena y que no podía estar en un barrio peligroso, en un horario que ya estaba oscureciendo, escuchando a Antía. Además, no entendía la razón por la que Antía quería hablar conmigo. Le dije: "hola, Antía, otro día hablamos". Corté el teléfono, miré para todos los lados y salí corriendo para mi casa. -
Buenos Aires Ayer soñé que estaba en una especie de habitación no muy bien iluminada con una mesa y alguien de pie al lado de esa mesa, ojeando una carpeta con hojas viejas y con una especie de cubre carpeta de cuero labrado con figuras antiguas. Me llamó la atención la cobertura de la carpeta y cuando vi quién estaba ojeándola, me di cuenta de que era María Kodama. Me acerqué y toqué el cubre carpeta labrado mientras ella me decía que había sido de Borges y yo pensaba “¡Guau, estoy tocando algo que él también toco”. Después salimos las dos juntas de ese ambiente, que era una especie de cuarto mal iluminado con puerta a la calle y nos fuimos caminando juntas. Yo le conté que muchas veces me encuentro recitando un poema de Borges que me encanta, me preguntó cuál era y empecé a recitarle “La tarde bruscamente se ha aclarado, porque ya cae la lluvia minuciosa...”