Soñei que voaba nun dragón, cando baixei dinme conta de que era unha jaliña jrande e ben fornida, tiña un corpo escultural. Era impresionante.
-
Vigo -
Lleida X. e máis eu chegamos a unha poboación inespecífica, do estilo de Viveiro. Imos a un balneario. Ao chegarmos, dannos unha habitación supergrande e bonita, que ten un cuarto de baño que xa en si mesmo é un SPA chulísimo. Pero nós decidimos que xa o aproveitaremos máis tarde e dirixímonos ao balneario de uso común. Para iso, X. ten que entrar pola porta dos baños de "homes" e eu pola de "mulleres", e logo atoparémonos ao final. O meu camiño cara ao final resulta ser pola rúa e por algún bar, e vexo que hai moitos coches e moita xente. Observo que a xente non garda distancias de seguridade nin moito menos, incluso hai quen choca comigo, o cal non me resulta para nada preocupante. O que me agobia de verdade é que de súpeto me decato de que X. e máis eu incumpríramos o confinamento!! Como é posible que colléramos o coche e fixéramos tantos quilómetros? E aínda por riba ir a un balneario?? Empezo a agobiarme moitísimo, sinto angustia por estar facendo algo non permitido e comezo a asustarme porque agora todo o que quero é conseguir atopar a porta para chegar á zona de balneario e avisar a X. de que temos que marchar inmediatamente de alí, e non atopo o camiño!! Esperto suando, sen conseguir o meu obxectivo. E resúltame deprimente pensar que me angustie máis incumprir unha norma que a seguridade sanitaria miña e dos demais. Cousas! -
Outeiro de Rei Soño que entro nun piso e que me perdo. Os corredores son estreitos, con teitos altos. Estanterías de libros (ás veces). Infinitas (ás veces). Moquetas suaves (ás veces). Todo é moi normal pero eu estou intrigada/ agobiada (depende). Xente coñecida nas habitacións (ás veces). Algunha vez un boquete no fondo dalgunha habitación ao fondo, que dá a unha estancia escura, oculta e descoidada... un rocho? -
Buenos Aires Yo estaba con alguien que no me acuerdo quién es. Estábamos escapando de algo, que tampoco me acuerdo qué era. Estábamos en un lugar que era como un barrio, una especie de suburbio con muchas casas pegadas y una sola calle. Yo seguía por esa calle, que en un momento era un callejón sin salida. No tenía a dónde ir. En eso llegan mi tío y mi tía en un auto, que en vez de chapa estaba cubierto de tela, como si fuera un acolchado con flores rosas sobre fondo blanco. Ellos empiezan a chocar el auto contra un portón y entran en el patio de una casa. Siguen así atravesando varias casas. Yo los sigo caminando. Cuando estoy en un patio un gato me ataca. Me muerde la mano. Yo lo agarro y lo reboleo por sobre la medianera hacia otro patio para que no me ataque más. Sigo caminando y el gato me muerde de nuevo, esta vez con más fuerza. Estoy sobre el techo. Reboleo el gato y miro hacia dónde es mejor tratando de que le cueste más volver. El gato vuelve con una velocidad increíble y me muerde de nuevo. Ya no veo el auto de mi tío. Sólo veo los techos y los patios. -
Pamplona Excursión de amigas por el monte y yo cuidando a dos de los niños, uno sale corriendo hacia la carretera y como tengo que salir detrás y la otra niña es del tamaño de una taza de café (sin leche) la pongo dentro de una maceta de las cientos que hay. Cuando volvemos a por ella la maceta se la ha tragado y el fin del sueño llega entre la angustia creciente mientras desalojo tierra y más tierra. -
Buenos Aires Anoche soñé que un amigo con quien ya no me hablo hace tiempo tocaba mi puerta. Me decía que venía a pasar la cuarentena conmigo porque era lo justo. Rápidamente decidimos darnos todos los abrazos que nos debíamos haber dado en tantos meses de ausencia. Los abrazos me emocionaron... Luego caigo en la cuenta de que no sé dónde él ha estado en todo este tiempo y que quizás ya no era una buena idea pasarlo juntos ni habernos abrazados. Le pido que se vaya porque quiero estar sana para ver a otras personas queridas pronto. Él ofendido se va... salgo a mi patio y veo una montañita de mierda... me despierto angustiada... joder! -
Buenos Aires Estoy tirada en el sillón tomando fernet desde no sé qué hora y comiendo churros. Cuidándome la salud. Miro el celular por vez número un millón y mi amiga me invita a compartir un sueño, ¡pocos minutos después de estar intentando recordar uno! Ahora no estoy soñando y vuelvo al sueño: recorro descalza un club repleto de mujeres y busco mis zapatillas blancas. Me fijo en los baños, donde piso el suelo meado, y en un patio veo un canasto lleno de zapatillas custodiadas por una tipa que me pregunta: ¿qué perdió? Buscamos y no encontramos, entonces me doy cuenta de que cualquiera de esos pares es mejor que el mío. Se enciende la lamparita y voy a llevarme otras. Con disimulo, me fijo entre las suelas si alguna de las que estoy fichando es número 37. Así es la vida. -
Buenos Aires Hoy soñé que me cruzaba en la calle con Juan Metal. Caminábamos un rato y me decía que lo estaba por pasar a buscar su papá en auto, así que si quería él me llevaba (yo estaba apurado yendo a algún lado que no recuerdo). Vamos hasta la esquina de la cuadra y se ve que dobla un auto con dos minas en tetas tomando alcohol y un tipo con el pelo tipo Kiss manejando. Juan Metal le hace una seña pero el auto sigue de largo, coleando a toda velocidad por la calle. Yo le digo "tu papá es metalero?" Juan Metal se ríe y me pregunta si no lo vi. Yo le digo preocupado que no le mencione al padre que me gustan los Backstreet Boys... Juan Metal me mira como si estuviera decepcionado... -
Santiago de Compostela Estaba eu nun balcón que se parecía ao da Casa do Concello de Lugo -grande, de pedra e bastante preto do chan-, mirando un grupo de persoas que ían moi apiñadas pola rúa, coma rodeando a unha persoa famosa. Ao que rodeaban era Pedro Sánchez con pelo afro canoso, estilo cantante de León Benavente. Eu pensei: "seguro que el ten quen lle corte o pelo aínda estando confinado, pero déixao medrar para conectar máis coa xente" e seguín desfrutando do sol que me daba no balcón. Cando me metín dentro acendín a tele e estaba Pedro Sánchez en directo, xa co pelo curto, queixándose de que a xente ía moi pegada a el pola rúa e iso non podía ocorrer. -
Lugo Estaba subiendo en un ascensor. Uno de esos ascensores estrechos que hay en algunos hoteles y que es exclusivo para el personal. Bueno, en realidad era una mezcla entre ascensor y ducha de plástico del estilo de las autocaravana, el caso es que era bastante claustrofóbico. El ascensor subía vertiginosamente un montón de plantas. En algún momento perdía la cuenta y me angustiaba pensar en la idea de que estaba subiendo y bajando sin control alguno y jamás saldría de allí. Por fin se para y se abre una puerta partida en dos con un sonido neumático " pfffsss" típico de las puertas del bus. Aparezco en una estancia que identifico como un club privado o una recepción de hotel de cuatro estrellas para arriba. Una puerta corredera separa la especie de recibidor de un jardín muy del estilo de los resorts "todo incluido" caribeños en los que jamás he estado. No sé muy bien qué hago allí porque voy con guantes, mascarilla y una bolsa del súper y el moño cutre que me pongo siempre que no me da tiempo a peinarme... De pronto, todo eso deja de importarme gracias al bofetón de aire fresco que me reanima instantáneamente y consigue disipar la angustia anterior. Me dirijo a tomar algo en uno de esos "chiringuitos cocoteros" que yo llamo. Me atiende un tal Jesús, que se parece sospechosamente al Jesus-Cristo y que lleva una camisa hawaiana totalmente abierta, pecho poblado brillante de sudor y cadenaca de oro incluida: creo que le pido un mojito, o algo así... Hay música de fondo pero non consigo identificar la melodía, tal vez es música de ascensor. Me quedo algo sorprendida cuando me saca una tapa de callos. No hay mar de fondo. Es más bien una piscina o acequia en la que personas completamente vestidas se evaden remojando las piernas con el pantalón remangando por la rodilla y unas gorras ridículas como las de propaganda de los piensos agrícolas. Le digo a mi mesías particular que me tengo que ir, que ya llevo demasiado tiempo fuera de casa y me van a sancionar. Me mira con la sonrisa más perlada y reluciente que había visto jamás y me suelta una frase que no recuerdo, pero que me sugiere levemente el tan socorrido "vete por la sombra". Me despierto bañada en sudor y aunque quiero reenganchar ya no hay manera. Duermo un par de horas más sin pena ni gloria y suena un despertador que parece decir: un día menos, un día más...