Nuestra terraza, en plena capital, es hermosa, pero como a todos los que vivimos en la ciudad, nos faltan unas buenas vistas verdes. Bueno, pues hoy he soñado que Errejón nos plantaba un montón de árboles inmensos, parecía que no le pesaban nada y lo hacía con un gusto y una paz alucinantes. ¡Qué genio! Gracias, me he despertado con muy buen rollo.